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Los que han leído algunas de mis reseñas sabrán que soy un amante empedernido de las tetas grandes. Para aquellos que, al igual que yo, son unos enfermos adictos a las glándulas mamarias de grandes proporciones, tener la cara entre los senos de esta chica es comparable a estar en un paraíso terrenal. Anoche le escribí a Angie como quien no quiere la cosa, pero aún sin habérselas pedido, unas fotos que me envió, me convencieron de que tenía que hacerla mía. Así fuese por un espacio limitado de tiempo, esos senos tan grandes y hermosos serían míos, esperando que me quedaran en el recuerdo y en la memoria como unos de los mejores que haya alguna vez probado. A pesar de que ya le tenía puesto el ojo desde hacía unos meses cuando trabajaba en Beautiful Lady, el hecho de que trabajara en un spa me frenaba de ir catarla, y bueno, el no haber ido para ese entonces me ahorró unos pesos, ya que ahora que está independiente, sólo cobra 70K la hora, además hizo que la experiencia, a mi modo de ver, fuese mejor. Le escribí esta mañana, y quedamos en encontrarnos pasadas las 11. La chica atiende en el Plaza 43. Es un sitio discreto, la habitación estaba bacana también.
Al llegar, me recibe en toalla con nada puesto debajo. Ya se le vislumbraban esos dos grandes atributos, que en persona, me atrevería a decir, se ven incluso más grandes. Es una chica simpática, era exactamente la de las fotos. Tiene el cabello lacio, entre castaño y rubio, es de altura promedio y trozudita. Tiene unos ojos medio achinados, y pues realmente me pareció bonita. Nos saludamos, hablamos un poquito, y comenzamos como me gusta, con caricias, toque-toque, y degustando esas tetas que, ni aún usando ambas manos, podía envolver totalmente siquiera una de ellas. Empecé a darle besitos en los senos y lentamente fui bajando hasta la vagina. Le empecé a hacer sexo oral, y mientras gemía y se retorcía, me tomó la cara y me la llevó hacia sus labios para besarla. No soy de besar a las escorts con las que estoy, pero me pareció chévere que lo hiciera, ya que además de los gemidos y la manera en que se movía, eso también me daba a entender que lo estaba disfrutando. Algo que no me gustó mucho de sus besos era que a veces se le sentían mucho los dientes, sin embargo, era excitante cuando me mordía y me jalaba un poco los labios. Luego de un rato, me puso el condón y comenzó a chupármela. Fue un oral normal, a veces lo hacía garganta profunda, pero bueno, realmente me han hecho mejores, entonces no lo destaco mucho.
Después de la chupada, se puso en cuatro para que la penetrara. Le dí así en 4 estando ambos en la cama. Empecé dándole suave, ya que estando yo en la cama en la posición de perrito me resulta menos cómodo que cuando ellas están en 4 y yo de pie, no obstante, ella comenzó a moverse más rápido y le dimos hasta que me hizo venir. Comenzamos a hablar mientras me reposaba y recuperaba energías para echar el 2do. La chica me pareció buena conversadora, y pues así se hace más ameno el descanso. Después de esa conversa, se vino lo bueno. Otra vez nos comenzamos a acariciar, tocar, besar, chupar, pero además, metí mi pene en medio de ese par de tetas y empecé a follármelas. Luego, me lo tomó y se lo metió a la boca sin preservativo. Se sintió rico, aunque sólo me chupaba la cabeza. Después buscó otro condón para chupármela toda antes de empezar con el Round 2. Esa hembra es candela, se me montó encima y comenzó a darse gustó con mi verga cabalgando a un ritmo frenético hasta que la hice venir. Después se acostó boca arriba y empecé a darle en la pose del misionero. Luego de un rato, me dice que la tomé por las piernas. Eso pa qué fue, levanté el torso, le levanté las piernas y le di duro. De esa pose me gustó verle la cara que ponía mientras le daba. Cabe destacar que es multiorgásmica, la hice venir en medio del polvo como unas 3 o 4 veces, dándole en varias poses, pero aunque todas fueron muy placenteras, ponerla otra vez en cuatro, esta vez estando yo de pie, sin duda fue la mejor. Empiezo a darle duro, sus gemidos y los golpes chacareros eran música para mis oídos que me invitaba a darle cada vez con más fuerza.
Ella también estaba tan prendida que me pedía que la apretara, la jalara por el pelo, y cada vez que la nalgeaba gritaba de placer y me pedía que lo volviera a hacer. Así le di hasta que la hice venir nuevamente. Luego, se acostó otra vez boca arriba pero esta vez al borde de la cama. Subí una pierna dejando la otra en el piso, y seguí dándole duro y parejo. Estando así me tomó las manos y las puso sobre su cuello para que la ahorcara. Mejor dicho, le gusta el sexo rudo, que le hagan maldad. Le dí así hasta que la hice venir de nuevo, y me cansé. Pasé yo a acostarme en el borde de la cama y ponerla a cabalgarme de espaldas. Ya extenuado, pero aún sin volver a venirme, la puse a chupar, luego hicimos el 69, y estando así le di unos mordisquitos en las nalgas, y al igual que cada vez que la nalgeaba, dio unos griticos de placer. Nos quedamos acariciando y besando un rato más, hasta que ya casi cumplida la hora, decidí darme un baño para irme. En definitiva fue un excelente servicio, que me dejó una vez más en claro, que lo barato no siempre sale caro.
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Al llegar, me recibe en toalla con nada puesto debajo. Ya se le vislumbraban esos dos grandes atributos, que en persona, me atrevería a decir, se ven incluso más grandes. Es una chica simpática, era exactamente la de las fotos. Tiene el cabello lacio, entre castaño y rubio, es de altura promedio y trozudita. Tiene unos ojos medio achinados, y pues realmente me pareció bonita. Nos saludamos, hablamos un poquito, y comenzamos como me gusta, con caricias, toque-toque, y degustando esas tetas que, ni aún usando ambas manos, podía envolver totalmente siquiera una de ellas. Empecé a darle besitos en los senos y lentamente fui bajando hasta la vagina. Le empecé a hacer sexo oral, y mientras gemía y se retorcía, me tomó la cara y me la llevó hacia sus labios para besarla. No soy de besar a las escorts con las que estoy, pero me pareció chévere que lo hiciera, ya que además de los gemidos y la manera en que se movía, eso también me daba a entender que lo estaba disfrutando. Algo que no me gustó mucho de sus besos era que a veces se le sentían mucho los dientes, sin embargo, era excitante cuando me mordía y me jalaba un poco los labios. Luego de un rato, me puso el condón y comenzó a chupármela. Fue un oral normal, a veces lo hacía garganta profunda, pero bueno, realmente me han hecho mejores, entonces no lo destaco mucho.
Después de la chupada, se puso en cuatro para que la penetrara. Le dí así en 4 estando ambos en la cama. Empecé dándole suave, ya que estando yo en la cama en la posición de perrito me resulta menos cómodo que cuando ellas están en 4 y yo de pie, no obstante, ella comenzó a moverse más rápido y le dimos hasta que me hizo venir. Comenzamos a hablar mientras me reposaba y recuperaba energías para echar el 2do. La chica me pareció buena conversadora, y pues así se hace más ameno el descanso. Después de esa conversa, se vino lo bueno. Otra vez nos comenzamos a acariciar, tocar, besar, chupar, pero además, metí mi pene en medio de ese par de tetas y empecé a follármelas. Luego, me lo tomó y se lo metió a la boca sin preservativo. Se sintió rico, aunque sólo me chupaba la cabeza. Después buscó otro condón para chupármela toda antes de empezar con el Round 2. Esa hembra es candela, se me montó encima y comenzó a darse gustó con mi verga cabalgando a un ritmo frenético hasta que la hice venir. Después se acostó boca arriba y empecé a darle en la pose del misionero. Luego de un rato, me dice que la tomé por las piernas. Eso pa qué fue, levanté el torso, le levanté las piernas y le di duro. De esa pose me gustó verle la cara que ponía mientras le daba. Cabe destacar que es multiorgásmica, la hice venir en medio del polvo como unas 3 o 4 veces, dándole en varias poses, pero aunque todas fueron muy placenteras, ponerla otra vez en cuatro, esta vez estando yo de pie, sin duda fue la mejor. Empiezo a darle duro, sus gemidos y los golpes chacareros eran música para mis oídos que me invitaba a darle cada vez con más fuerza.
Ella también estaba tan prendida que me pedía que la apretara, la jalara por el pelo, y cada vez que la nalgeaba gritaba de placer y me pedía que lo volviera a hacer. Así le di hasta que la hice venir nuevamente. Luego, se acostó otra vez boca arriba pero esta vez al borde de la cama. Subí una pierna dejando la otra en el piso, y seguí dándole duro y parejo. Estando así me tomó las manos y las puso sobre su cuello para que la ahorcara. Mejor dicho, le gusta el sexo rudo, que le hagan maldad. Le dí así hasta que la hice venir de nuevo, y me cansé. Pasé yo a acostarme en el borde de la cama y ponerla a cabalgarme de espaldas. Ya extenuado, pero aún sin volver a venirme, la puse a chupar, luego hicimos el 69, y estando así le di unos mordisquitos en las nalgas, y al igual que cada vez que la nalgeaba, dio unos griticos de placer. Nos quedamos acariciando y besando un rato más, hasta que ya casi cumplida la hora, decidí darme un baño para irme. En definitiva fue un excelente servicio, que me dejó una vez más en claro, que lo barato no siempre sale caro.
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