Frank Miller
RECONOCIDO
[size=large][font=Calibri,sans-serif][font=Arial,sans-serif]Mis andanzas lujuriosas llegaron al máximo paroxismo permitido en un hombre lleno de compromisos sociales. De un momento a otro me vi envuelto de manera inerme ante los placeres del mundo y, relativamente, ya ha pasado mucho tiempo.[/font][/font][/size]
[size=large][font=Calibri,sans-serif][font=Arial,sans-serif]Ya casi sin aliento, como muerto en vida pero con las pretensiones de los vivos, quedé con Susan para darle gusto a mi viciosa peripecia, lo cual fue como lo que siente el adicto al opio, que mientras se seda, lo único que consigue es detener el tiempo en un espacio… el gusto ya no existe, solo la mecánica de usar la droga, dejarla vivir en el organismo y en el pos efecto, retomar la cotidianidad con el mal sentimiento de que la recaída llegará. Así no lo quieras.[/font][/font][/size]
[size=large][font=Calibri,sans-serif][font=Arial,sans-serif]Era como la imaginé aplicandole mi filtro visual a sus fotos, o más bien quitándole el filtro a sus fotos, no me equivoqué, es casi un caramelito. Morena, le pondría una talla más de la que aparenta. De unos 1.64 de estatura. No es flaca ni gorda; diría que sus huesos están muy bien forrados de piel y carne en sus más justas proporciones, o sea, nada de carnes flotantes ni faltantes. Sus senos son como se ven, deliciosos: puestos como en una estatua, no caen pero se moldean a las manos y boca de su amante de turno. Su pelo me gustó, largo, ondulado, negro. Le solté el moño y me alegró verlo caer en su espalda. Tiene una cara con buena forma, ojos chispeantes que enamoran, su cabellera como la de Shakira de los 80s casi no da cabida a una frente normal. Es de cejas pobladas y labios un poco gruesos pero bien delineados. No recuerdo su nariz.[/font][/font][/size]
[size=large][font=Calibri,sans-serif][font=Arial,sans-serif]“La cueva de la Autónoma”, tiene un ambiente de abandono acompañado. Parece flotar como un barco anclado aireado por sotavento. Lo sentí así cuando entré y mi pelo se alzó por la brisa que entra por la ventana del patio. Recordé a los falsos usuarios auto promocionando sus inquilinas de turno y sonreí. El lugar es silencioso amenizado por el murmullo de los carros que pasan por la calle. Un ambiente más para dormir que para tener sexo desenfrenado.[/font][/font][/size]
[size=large][font=Calibri,sans-serif][font=Arial,sans-serif]Cosificando a Susan (en contra de mi voluntad) y a la vez dándole el trato de damisela que todas se merecen, acaricié su bien delineado y terso cuerpo, para excitarme y vivir el momento. Me hizo el oral en la cama con la ricura que solo una morena puede dar haciendo que mi pene lubricara más de la cuenta. La lancé a su lecho para penetrarla y descubro una vagina carnosa y limpia que hacía juego con sus senos. Sus gemidos eran quedos pero muy convincentes, ella trata de sumarse al juego y pone de su parte.[/font][/font][/size]
[size=large][font=Calibri,sans-serif][font=Arial,sans-serif]Al rato ya le estaba viendo la sombra de su espalda reflejada en las sábanas blancas por su posición encabritada. Paso mis dedos para tocarle la vulva mojada y le abro paso a mi pene. Su reacción muy normal, su cara sumergida en la almohada imitaba gozo pero sé que era solo complaciendo a su cliente.[/font][/font][/size]
[font]Un par de cabalgatas más, ella arriba, yo palmoteando su muslos y nalgas me sentía viviendo un spoiler de una cursi película de romance. Quise que lo hiciera despacio y ella me castigó con movimientos firmes y circulares. Sentía su calor vaginal succionando mi pene. Le pedí permiso para terminar en sus senos y por un esfuerzo más, cedió. Cuando estuve a punto le avisé y me entregó su pecho de revista Play Boy para que lo llenase de mi esperma que salió disparado y en gran medida.[/font]
[size=large][font=Calibri,sans-serif][font=Arial,sans-serif]Regreso a mi estado de culpa mental y mi ligero agotamiento físico por forzarme a andar en algo que bien podría desdeñar, me tiré a la cama y el cielo raso me juzgó y me cacheteó, me gritaba ¡basta! y yo escondía mis ojos con los parpados. Quise dormir cansado y no despertar hasta que el mundo cambiase pero debía irme.[/font][/font][/size]
[size=large][font=Calibri,sans-serif][font=Arial,sans-serif]Susan es muy amable, pero tal vez el ambiente taciturno del lugar no anima a la charla. Más bien me hizo ahondar en mi consciencia encontrándome con los prejuicios morales. Salí del lugar siendo menos de lo que era. Ahora sé que pasará mucho tiempo para que vuelva a estar con una mujer por placer dándole algún incentivo en billetes.[/font][/font][/size]
[size=large][font=Calibri,sans-serif][font=Arial,sans-serif]Ya casi sin aliento, como muerto en vida pero con las pretensiones de los vivos, quedé con Susan para darle gusto a mi viciosa peripecia, lo cual fue como lo que siente el adicto al opio, que mientras se seda, lo único que consigue es detener el tiempo en un espacio… el gusto ya no existe, solo la mecánica de usar la droga, dejarla vivir en el organismo y en el pos efecto, retomar la cotidianidad con el mal sentimiento de que la recaída llegará. Así no lo quieras.[/font][/font][/size]
[size=large][font=Calibri,sans-serif][font=Arial,sans-serif]Era como la imaginé aplicandole mi filtro visual a sus fotos, o más bien quitándole el filtro a sus fotos, no me equivoqué, es casi un caramelito. Morena, le pondría una talla más de la que aparenta. De unos 1.64 de estatura. No es flaca ni gorda; diría que sus huesos están muy bien forrados de piel y carne en sus más justas proporciones, o sea, nada de carnes flotantes ni faltantes. Sus senos son como se ven, deliciosos: puestos como en una estatua, no caen pero se moldean a las manos y boca de su amante de turno. Su pelo me gustó, largo, ondulado, negro. Le solté el moño y me alegró verlo caer en su espalda. Tiene una cara con buena forma, ojos chispeantes que enamoran, su cabellera como la de Shakira de los 80s casi no da cabida a una frente normal. Es de cejas pobladas y labios un poco gruesos pero bien delineados. No recuerdo su nariz.[/font][/font][/size]
[size=large][font=Calibri,sans-serif][font=Arial,sans-serif]“La cueva de la Autónoma”, tiene un ambiente de abandono acompañado. Parece flotar como un barco anclado aireado por sotavento. Lo sentí así cuando entré y mi pelo se alzó por la brisa que entra por la ventana del patio. Recordé a los falsos usuarios auto promocionando sus inquilinas de turno y sonreí. El lugar es silencioso amenizado por el murmullo de los carros que pasan por la calle. Un ambiente más para dormir que para tener sexo desenfrenado.[/font][/font][/size]
[size=large][font=Calibri,sans-serif][font=Arial,sans-serif]Cosificando a Susan (en contra de mi voluntad) y a la vez dándole el trato de damisela que todas se merecen, acaricié su bien delineado y terso cuerpo, para excitarme y vivir el momento. Me hizo el oral en la cama con la ricura que solo una morena puede dar haciendo que mi pene lubricara más de la cuenta. La lancé a su lecho para penetrarla y descubro una vagina carnosa y limpia que hacía juego con sus senos. Sus gemidos eran quedos pero muy convincentes, ella trata de sumarse al juego y pone de su parte.[/font][/font][/size]
[size=large][font=Calibri,sans-serif][font=Arial,sans-serif]Al rato ya le estaba viendo la sombra de su espalda reflejada en las sábanas blancas por su posición encabritada. Paso mis dedos para tocarle la vulva mojada y le abro paso a mi pene. Su reacción muy normal, su cara sumergida en la almohada imitaba gozo pero sé que era solo complaciendo a su cliente.[/font][/font][/size]
[font]Un par de cabalgatas más, ella arriba, yo palmoteando su muslos y nalgas me sentía viviendo un spoiler de una cursi película de romance. Quise que lo hiciera despacio y ella me castigó con movimientos firmes y circulares. Sentía su calor vaginal succionando mi pene. Le pedí permiso para terminar en sus senos y por un esfuerzo más, cedió. Cuando estuve a punto le avisé y me entregó su pecho de revista Play Boy para que lo llenase de mi esperma que salió disparado y en gran medida.[/font]
[size=large][font=Calibri,sans-serif][font=Arial,sans-serif]Regreso a mi estado de culpa mental y mi ligero agotamiento físico por forzarme a andar en algo que bien podría desdeñar, me tiré a la cama y el cielo raso me juzgó y me cacheteó, me gritaba ¡basta! y yo escondía mis ojos con los parpados. Quise dormir cansado y no despertar hasta que el mundo cambiase pero debía irme.[/font][/font][/size]
[size=large][font=Calibri,sans-serif][font=Arial,sans-serif]Susan es muy amable, pero tal vez el ambiente taciturno del lugar no anima a la charla. Más bien me hizo ahondar en mi consciencia encontrándome con los prejuicios morales. Salí del lugar siendo menos de lo que era. Ahora sé que pasará mucho tiempo para que vuelva a estar con una mujer por placer dándole algún incentivo en billetes.[/font][/font][/size]