La verdad es que es algo adictivo. Cuando era más joven sentía hasta lastima de los hombres que pagaban por sexo. La vida me dio una bofetada en la cara. No entraré en detalles de cómo comencé pero les puedo decir que por el hecho de vivir fuera de Colombia me he dado el gusto de comer polacas, bielorrusa, británicas y casi toda Latinoamérica. Amo las meretrices. A la vez he salido con mujeres que no se dedican a esto pero siempre me hace falta sentir esa adrenalina que se siente al ir al sitio, escoger a la nena y ver como se dan las cosas. Cuando voy a Cali el. A quete que me doy es de proporciones épicas. Desde clínica del dr, paraisovip hasta el mismísimo averno como las cabinas de la sexta. Este mundo está lleno de miles de sorpresas. Suerte y cuidados compañeros de PUTAS.