Se suele afirmar que pagar por sexo es triste, dado que la mayoría lo consigue gratis. Pero todos pagan. Incluso aquellos Machos humanos que están casados, son los que más vacían su billetera en pos de una noche de placer, porque nunca leyeron la letra menuda del contrato matrimonial.
Sin importar la estrategia de apareamiento, siempre será necesario un mínimo de inversión por parte del Macho, ya sea comprando un ramo de flores, contratando serenatas, invitando a comer y/o demás etcéteras para que pueda arribar al objetivo final.
Lo curioso de esta transacción comercial, a diferencia de cualquier otra, es que sin importar cuanto dinero se haya pagado, no existe garantía alguna que el servicio se vaya a dar. Es como pagar la cuenta de un restaurante, sin saber si algún día llegará el plato ordenado. Incluso, si se tiene la suerte de ser servido, no se puede pedir reembolso si la comida está fría o carece de la calidad promocionada en las fotos del menú. ¿Dónde andará el defensor del consumidor en esos casos?
Ante la anterior situación, es por eso que hace muchos años un considerable número de Machos humanos se sindicalizó para hacer valer sus derechos y de esa forma saltarse toda la burocracia sentimental, para ir directo a lo que siempre buscaron y las Hembras siempre supieron. Se estableció un mecanismo de protesta donde propusieron una noche de apareamiento a cambio de un único y generoso pago en efectivo, en vez del continuo e indefinido desembolso en especie. Las Hembras que aceptaron ese intercambio fueron tildadas por las demás como prostitutas, palabra derivada del latín prostituere que significa 'exhibir para la venta'.
Perol a verdad es que nos da de todo aquello que carecen las Hembras de buena moral: experiencia garantizada, nunca tienen 'dolores de cabeza', fingen orgasmos sin sacarlo en cara y reciben con los brazos abiertos -o más bien las piernas- a cualquier Macho humano que busque debutar, al cual nunca le destruirán el ego aunque lo haga mal.
Inclusive, si ahondamos más en las diferencias: mientras las chicas malas ofrecen sexo sin compromiso, las buenas ofrecen compromiso sin sexo. Mientras las chicas malas ofrecen un trío, las buenas dejan al Macho como solista. Mientras las chicas malas ofrecen saciar la sed de un verano, las buenas aprovechan el hambre para exprimir al cliente y hasta se quedan con el 50% de la fortuna, si logran un matrimonio, pese a que antes no pagan el 50% de la cuenta.
Y usted, que acaba de leer este articulo, ¿Que opina? ¿Sale mas barato pagar por sexo que tratar de obtenerlo "gratis"?
Sin importar la estrategia de apareamiento, siempre será necesario un mínimo de inversión por parte del Macho, ya sea comprando un ramo de flores, contratando serenatas, invitando a comer y/o demás etcéteras para que pueda arribar al objetivo final.
Lo curioso de esta transacción comercial, a diferencia de cualquier otra, es que sin importar cuanto dinero se haya pagado, no existe garantía alguna que el servicio se vaya a dar. Es como pagar la cuenta de un restaurante, sin saber si algún día llegará el plato ordenado. Incluso, si se tiene la suerte de ser servido, no se puede pedir reembolso si la comida está fría o carece de la calidad promocionada en las fotos del menú. ¿Dónde andará el defensor del consumidor en esos casos?
Ante la anterior situación, es por eso que hace muchos años un considerable número de Machos humanos se sindicalizó para hacer valer sus derechos y de esa forma saltarse toda la burocracia sentimental, para ir directo a lo que siempre buscaron y las Hembras siempre supieron. Se estableció un mecanismo de protesta donde propusieron una noche de apareamiento a cambio de un único y generoso pago en efectivo, en vez del continuo e indefinido desembolso en especie. Las Hembras que aceptaron ese intercambio fueron tildadas por las demás como prostitutas, palabra derivada del latín prostituere que significa 'exhibir para la venta'.
Perol a verdad es que nos da de todo aquello que carecen las Hembras de buena moral: experiencia garantizada, nunca tienen 'dolores de cabeza', fingen orgasmos sin sacarlo en cara y reciben con los brazos abiertos -o más bien las piernas- a cualquier Macho humano que busque debutar, al cual nunca le destruirán el ego aunque lo haga mal.
Inclusive, si ahondamos más en las diferencias: mientras las chicas malas ofrecen sexo sin compromiso, las buenas ofrecen compromiso sin sexo. Mientras las chicas malas ofrecen un trío, las buenas dejan al Macho como solista. Mientras las chicas malas ofrecen saciar la sed de un verano, las buenas aprovechan el hambre para exprimir al cliente y hasta se quedan con el 50% de la fortuna, si logran un matrimonio, pese a que antes no pagan el 50% de la cuenta.
Y usted, que acaba de leer este articulo, ¿Que opina? ¿Sale mas barato pagar por sexo que tratar de obtenerlo "gratis"?