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A esta chica la tenía entre ceja y ceja desde el año pasado, pero el hecho de que trabajara en un spa no me motivaba del todo. Varias veces he comentado que soy más de independientes que de spas, por lo que me parece más íntimo, menos boleta, y además al ser independiente, ellas son libres de manejar su tiempo, así no hay problema alguno si uno dura más de lo previsto o estipulado. En fin, unas semanas antes de decidirme, ví reseñas y comentarios recientes sobre ella, y me dije a mí mismo, "bueno, es hora de ir a probarla". Desde la noche anterior escribí para averiguar desde qué hora estaban atendiendo y a qué hora podría encontrarla a ella, cosa que cuando yo fuera no me dijeran, "no, es que ella no está". Cuadré para ir a echarme el mañanero supuestamente tipo 9-9:30 para cogerla descansada, limpiecita, recién comenzando su jornada laboral XD.
No tenía efectivo, ya que me habían pagado el día anterior, así que salí a retirar, pero al 1er cajero que fui, estaba fuera de servicio, y al llegar a la Olímpica, uno de los dos también lo estaba, y en el otro había tremenda cola. Ya no alcanzaba a llegar a esa hora, pero para no demorarme más, pregunté si podía pagar por transferencia y me dijeron que sí. De una pedí un InDriver y arranqué para allá. Sobra decir que es un sitio bastante discreto, apesar de estar sobre una calle concurrida. Solo quiénes saben lo que hay detrás del portón se dan cuenta de para qué va uno, pero para los que no saben, uno pasa inadvertido. Al llegar, tuve que escribirle a la recepcionista para que me abrieran; no salió nadie, solo presionaron un botón para que yo pudiera abrir y seguir. El lugar tiene parqueadero interno para quienes van en carro. Cuando entré, quedé cautivado. Es un lugar bastante amplio, muy bonito, cuyas habitaciones también son muy buenas con baño interno y todo. La chica de recepción me dice para mostrarme a las chicas o si ya iba por una en específico, dije que sí, que en efecto, iba por Sharon. La llaman para que se aliste y me hacen pasar a la habitación. Allí la chica me pide el dinero, y pues, al no tener efectivo, me lleva un datáfono para cancelar con la tarjeta. Cobran 5K más. En total fueron 115K la hora con polvos ilimitados.
Esperé unos minutos hasta que Sharon llegara. Me empezaba a sentir inquieto porque pasaban los minutos y nada que aparecía. Para evitar que me hicieran alguna jugadita y me sacaran antes de que se cumpliera la hora de haber empezado el servicio, le escribí a la recepcionista preguntando si Sharon demoraba, para de esa manera tener una evidencia del tiempo que ya había pasado y aún no empezaba el servicio. Como a los dos minutos entra una chica más o menos alta, blanca (pero no mucho, más bien tirando a trigueña) con una lencería roja. Era atractiva, sexy. No obstante, para ser sincero, me había hecho otra imagen de ella por las fotos. Me la imaginaba con una figura quizá un poco más estilizada y con unos senos y un trasero más grandecitos. Total que igual la pelada aguantaba los golpes, así que no me sentí para nada desmotivado. Me saluda amablemente, y me pregunta si quiero escuchar música.
-"Listo!"
-"Qué quieres oír?"
-"No, pon lo que tú quieras."
Pone reggaeton y se sube a la cama a hacerme un bailecito bien sexy. Yo ahí nada más viéndola, y acariciando su cuerpo suavemente. Empiezo a palparle los senos y las nalgas. De a poco la cosa se va poniendo más caliente. Me empiezo a desnudar mientras ella me sigue bailando encima. Me pone el condón y procede a hacerme un oral. Estuvo bueno, trata de metérsela toda y hacerlo manos libres. Luego, se echa lubricante, se me monta encima y empieza a cabalgarme. Me acercaba la cara, como para que la besara, pero cuando me le lancé, no me correspondió el beso del todo, sino que me pasó la lengua por los labios y se echó para atrás. Después me dice que me recueste sobre la cabecera de la cama, echando el torso un poco hacia arriba, casi como si estuviera sentado, y sube sus piernas hasta mis hombros, me puso los pies de orejeras, jeje. Hasta el momento ninguna me había cabalgado así, eso era una delicia nada más verla así bien abierta y como se metía mi pene con ganas. Era como tener al demonio de Tasmania encima, un verdadero remolino. Luego de un rato, la pongo en 4 y empiezo a darle viendo ese culito bien rico y como le entra en esa vagina caliente y mojada. El rebote de mi pelvis contra sus nalgas, y tenerlas agarradas una en cada mano, apretándolas y abriéndolas para ver la penetración en todo su esplendor fue algo espectacular. No sé si era el condón o el lubricante, pero ese chocho se le sentía muy rico, tanto así que después de varias embestidas no pude resistir más hasta venirme. Me limpió con unos pañitos, y ahí nos quedamos acostados en la cama. Se me acercó, la abracé con un brazo para poner su cabeza sobre mi pecho, y con la mano acariciar sus senos. Hablamos por un rato, hasta que el roce y las caricias me levantaron el lívido y mi falo nuevamente. Le pedí que me la volviera a chupar y me hiciera una paja rusa antes de pasar al segundo round. Comenzamos con el misionero. Ya en esa pose sentía que me iba a venir otra vez, pero aguanté y le pedí que se pusiera en 4 para rematarla como en el 1er polvo. Insisto en que no sé qué tiene, pero se me hizo difícil resistir. Habiendo ya echado un segundo polvo, miro el celular para ver qué hora era. Sacando cálculos viendo la hora a la que le envié el último mensaje a la recepcionista, me quedaban como unos 20 minutos aproximadamente. Me sentía satisfecho, y creo que ya no quedaba tiempo suficiente para intentar echar otro, así que me limpié, y me levanté. Desde que entré a la habitación, me llamaron la atención la camilla para masajes y las herramientas que tenían allí. Ya que no hubo masaje ni antes ni en medio de los dos polvos, le pedí que me diera uno ya para culminar el servicio. Luego, iba a bañarme, pero me dijo que no había toalla, y si quería, debía comprar una de papel en 5 lucas. En vista de que me cobraron de más por usar la tarjeta, preferí no arriesgarme a que también me saliera más cara la dichosa toalla, así que entré sólo a enjuagarme el pene.
Ya para finalizar, me pareció un buen lugar, buenos precios, y buen servicio. Me fui con ganas de haber hecho más poses y poder haberle aguantado más, pero satisfecho al fin y al cabo.
3148312210
https://co.mileroticos.com/escorts/dulce-hermoso-rostro-18-anitos-blanquita-muy-sensual/19720771/
No tenía efectivo, ya que me habían pagado el día anterior, así que salí a retirar, pero al 1er cajero que fui, estaba fuera de servicio, y al llegar a la Olímpica, uno de los dos también lo estaba, y en el otro había tremenda cola. Ya no alcanzaba a llegar a esa hora, pero para no demorarme más, pregunté si podía pagar por transferencia y me dijeron que sí. De una pedí un InDriver y arranqué para allá. Sobra decir que es un sitio bastante discreto, apesar de estar sobre una calle concurrida. Solo quiénes saben lo que hay detrás del portón se dan cuenta de para qué va uno, pero para los que no saben, uno pasa inadvertido. Al llegar, tuve que escribirle a la recepcionista para que me abrieran; no salió nadie, solo presionaron un botón para que yo pudiera abrir y seguir. El lugar tiene parqueadero interno para quienes van en carro. Cuando entré, quedé cautivado. Es un lugar bastante amplio, muy bonito, cuyas habitaciones también son muy buenas con baño interno y todo. La chica de recepción me dice para mostrarme a las chicas o si ya iba por una en específico, dije que sí, que en efecto, iba por Sharon. La llaman para que se aliste y me hacen pasar a la habitación. Allí la chica me pide el dinero, y pues, al no tener efectivo, me lleva un datáfono para cancelar con la tarjeta. Cobran 5K más. En total fueron 115K la hora con polvos ilimitados.
Esperé unos minutos hasta que Sharon llegara. Me empezaba a sentir inquieto porque pasaban los minutos y nada que aparecía. Para evitar que me hicieran alguna jugadita y me sacaran antes de que se cumpliera la hora de haber empezado el servicio, le escribí a la recepcionista preguntando si Sharon demoraba, para de esa manera tener una evidencia del tiempo que ya había pasado y aún no empezaba el servicio. Como a los dos minutos entra una chica más o menos alta, blanca (pero no mucho, más bien tirando a trigueña) con una lencería roja. Era atractiva, sexy. No obstante, para ser sincero, me había hecho otra imagen de ella por las fotos. Me la imaginaba con una figura quizá un poco más estilizada y con unos senos y un trasero más grandecitos. Total que igual la pelada aguantaba los golpes, así que no me sentí para nada desmotivado. Me saluda amablemente, y me pregunta si quiero escuchar música.
-"Listo!"
-"Qué quieres oír?"
-"No, pon lo que tú quieras."
Pone reggaeton y se sube a la cama a hacerme un bailecito bien sexy. Yo ahí nada más viéndola, y acariciando su cuerpo suavemente. Empiezo a palparle los senos y las nalgas. De a poco la cosa se va poniendo más caliente. Me empiezo a desnudar mientras ella me sigue bailando encima. Me pone el condón y procede a hacerme un oral. Estuvo bueno, trata de metérsela toda y hacerlo manos libres. Luego, se echa lubricante, se me monta encima y empieza a cabalgarme. Me acercaba la cara, como para que la besara, pero cuando me le lancé, no me correspondió el beso del todo, sino que me pasó la lengua por los labios y se echó para atrás. Después me dice que me recueste sobre la cabecera de la cama, echando el torso un poco hacia arriba, casi como si estuviera sentado, y sube sus piernas hasta mis hombros, me puso los pies de orejeras, jeje. Hasta el momento ninguna me había cabalgado así, eso era una delicia nada más verla así bien abierta y como se metía mi pene con ganas. Era como tener al demonio de Tasmania encima, un verdadero remolino. Luego de un rato, la pongo en 4 y empiezo a darle viendo ese culito bien rico y como le entra en esa vagina caliente y mojada. El rebote de mi pelvis contra sus nalgas, y tenerlas agarradas una en cada mano, apretándolas y abriéndolas para ver la penetración en todo su esplendor fue algo espectacular. No sé si era el condón o el lubricante, pero ese chocho se le sentía muy rico, tanto así que después de varias embestidas no pude resistir más hasta venirme. Me limpió con unos pañitos, y ahí nos quedamos acostados en la cama. Se me acercó, la abracé con un brazo para poner su cabeza sobre mi pecho, y con la mano acariciar sus senos. Hablamos por un rato, hasta que el roce y las caricias me levantaron el lívido y mi falo nuevamente. Le pedí que me la volviera a chupar y me hiciera una paja rusa antes de pasar al segundo round. Comenzamos con el misionero. Ya en esa pose sentía que me iba a venir otra vez, pero aguanté y le pedí que se pusiera en 4 para rematarla como en el 1er polvo. Insisto en que no sé qué tiene, pero se me hizo difícil resistir. Habiendo ya echado un segundo polvo, miro el celular para ver qué hora era. Sacando cálculos viendo la hora a la que le envié el último mensaje a la recepcionista, me quedaban como unos 20 minutos aproximadamente. Me sentía satisfecho, y creo que ya no quedaba tiempo suficiente para intentar echar otro, así que me limpié, y me levanté. Desde que entré a la habitación, me llamaron la atención la camilla para masajes y las herramientas que tenían allí. Ya que no hubo masaje ni antes ni en medio de los dos polvos, le pedí que me diera uno ya para culminar el servicio. Luego, iba a bañarme, pero me dijo que no había toalla, y si quería, debía comprar una de papel en 5 lucas. En vista de que me cobraron de más por usar la tarjeta, preferí no arriesgarme a que también me saliera más cara la dichosa toalla, así que entré sólo a enjuagarme el pene.
Ya para finalizar, me pareció un buen lugar, buenos precios, y buen servicio. Me fui con ganas de haber hecho más poses y poder haberle aguantado más, pero satisfecho al fin y al cabo.
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