Personalmente, no me gustan las mujeres que van al gimnasio y se dedican al negocio. ¿Por qué? Una vez, una mujer venía a verme, pero cada vez que venía, se tumbaba en la cama como una estrella de mar y se quejaba de lo dolorida que estaba, por lo que no podía estar activa en la cama. Tenía un cuerpo bonito, pero, Dios mío, parecía que yo solía pagarle para que viniera y se tumbara en la cama. Sabía que necesitaba dinero, así que cada vez que me decía que vendría, la dejaba venir. Por eso prefiero a las mujeres que no van al gimnasio, aunque sean gorditas. Siempre que no intentes engañarme enviándome una foto retocada con Photoshop, seremos buenas amigas. No juzgo. De hecho, tengo una mujer mayor de 40 años con la que me he estado acostando durante 3 años. Es una mujer leal. Una vez le di un masaje y se dio cuenta de que soy bueno en eso y ahora, me pide un masaje además de que le pague. Pero ella es leal y siempre puntual. Así que le doy el masaje gratis.