Frank Miller
RECONOCIDO
Extenuante me dejé caer en la cama al lado de ella dejando que mis pulmones tragaran aire para recuperarse. No era para menos, los espasmos de la última postura demandaron energía que sabe dios de dónde la saqué.
La miré y ella estaba en las mismas, sudorosa, tirada boca arriba con el pecho alto que se inflaba haciendo separar sus buenos senos. Los piercings brillaban y convidaban pero los besé suficiente.
Linda mujer, sin pinta de burdel ni de puti pobre; más bien modosita y complaciente. De grandes ojos casi siempre escondidos en sus párpados y la maraña de pelos caída en su cara. Una boca carnosa que para bien mío, no se dejó besar.
Debo decir que aunque hubo toque toque y palabras amistosas antes del coito, no sentí "química" como tal. Pero fue media hora de apreciar un buen cuerpo y serenamente culiármelo como quise con mi acostumbrado morbo de caballero. Tiene un cuerpo erguido, de reina, que muchas gomelitas envidiarían, igual que en las fotos. Nalgas duras y elevadas sin exagerar. Senos grandes en forma de tetero. Mide unos 170 cm de altura. Aunque blanca como galleta oreo de leche con crema de vainilla, no es de vagina rosadita como es común pensar. Pero limpia y sin manchas, tersa toda su piel, todo su cuerpo, uno que otro inevitable pero nada feo, hoyuelo de celulitis. Bien proporcionada, linda en cada articulación, lo que hace sus movimientos sensuales mientras esconde torpezas de chica tímida.
Después de un innecesario oral con preservativo empezó arriba, y su estreches me impresionó. Una vez adentro sus movimientos suaves me hicieron crecer más la verga dentro de su vagina de caucho y ella lo sentía. Suavemente tomamos ritmo y fuimos encontrando el sabor agridulce de la fornicación. Poco a poco sus mejillas pálidas enrojecieron, yo calibraba sus senos, les tomaba el peso. El calor sube. Sigue comiéndose mi verga. Le hago abrir más sus piernas con mis manos, sigue culiando rico, ahora ella abre más sus piernas para un entierro a ras con bolas. Maravilloso! Me levanto a besar sus tetas y a meterme entre ellas como un bebé, las apretó sin censura. Alzo mi mano y le agarro el cuello y la ahorco hasta donde ella me permite, su cabeza se va hacia atrás y el gemido se vuelve grueso.
La exploro en esa posición, la perfecta geografía de su vientre, sus duras nalgas, sus muslos atrapándome empiezan a temblar y a exigir más pero no se viene, es dura para eso o se vino y no me di cuenta. Duramos así pues ella gozaba y hacía el trabajo, yo gozaba y pagaba su trabajo.
Sin sacarla la acosté boca arriba y su cabeza quedó fuera de la cama, en el aire, y se la tomé tiernamente. Levantó las piernas y mi función era darle placer. Se la metía y sacaba y era fácil ver el engranaje. Se agarró los tobillos y pidió con su mirada lo que ninguno niega. En la orilla sentí el fuego de su cuerpo. Y cómo no verla dándome la espalda? Sus nalgas amortiguaban mis empujadas y se veía espectacular ¡¡¡qué culo bello y rico!!! Le di palmadas sin rebote. Después de un rato se acostó del todo y seguí dándole amor, verga y amor. Así también se veía candorosa; su figura no se pierde en ninguna posición, más bien resalta sus atributos. Amé que levantara sus nalgas y me empujara con ellas, lo hacía con un movimiento muy sexual acompañado de miradas ladinas llenas de morbo. Así me hizo venir un cuarto de leche que casi no cabe el en condón.
Solo me resta decir que la disfruté como una fruta, por todas partes, monte, valle, llanura, recodos y protuberantes nalgas y tetas.
Me limpié, me vestí, nos despedimos y partí satisfecho de estar con esa diosa cuerpo perfecto.
co.mileroticos.com
La miré y ella estaba en las mismas, sudorosa, tirada boca arriba con el pecho alto que se inflaba haciendo separar sus buenos senos. Los piercings brillaban y convidaban pero los besé suficiente.
Linda mujer, sin pinta de burdel ni de puti pobre; más bien modosita y complaciente. De grandes ojos casi siempre escondidos en sus párpados y la maraña de pelos caída en su cara. Una boca carnosa que para bien mío, no se dejó besar.
Debo decir que aunque hubo toque toque y palabras amistosas antes del coito, no sentí "química" como tal. Pero fue media hora de apreciar un buen cuerpo y serenamente culiármelo como quise con mi acostumbrado morbo de caballero. Tiene un cuerpo erguido, de reina, que muchas gomelitas envidiarían, igual que en las fotos. Nalgas duras y elevadas sin exagerar. Senos grandes en forma de tetero. Mide unos 170 cm de altura. Aunque blanca como galleta oreo de leche con crema de vainilla, no es de vagina rosadita como es común pensar. Pero limpia y sin manchas, tersa toda su piel, todo su cuerpo, uno que otro inevitable pero nada feo, hoyuelo de celulitis. Bien proporcionada, linda en cada articulación, lo que hace sus movimientos sensuales mientras esconde torpezas de chica tímida.
Después de un innecesario oral con preservativo empezó arriba, y su estreches me impresionó. Una vez adentro sus movimientos suaves me hicieron crecer más la verga dentro de su vagina de caucho y ella lo sentía. Suavemente tomamos ritmo y fuimos encontrando el sabor agridulce de la fornicación. Poco a poco sus mejillas pálidas enrojecieron, yo calibraba sus senos, les tomaba el peso. El calor sube. Sigue comiéndose mi verga. Le hago abrir más sus piernas con mis manos, sigue culiando rico, ahora ella abre más sus piernas para un entierro a ras con bolas. Maravilloso! Me levanto a besar sus tetas y a meterme entre ellas como un bebé, las apretó sin censura. Alzo mi mano y le agarro el cuello y la ahorco hasta donde ella me permite, su cabeza se va hacia atrás y el gemido se vuelve grueso.
La exploro en esa posición, la perfecta geografía de su vientre, sus duras nalgas, sus muslos atrapándome empiezan a temblar y a exigir más pero no se viene, es dura para eso o se vino y no me di cuenta. Duramos así pues ella gozaba y hacía el trabajo, yo gozaba y pagaba su trabajo.
Sin sacarla la acosté boca arriba y su cabeza quedó fuera de la cama, en el aire, y se la tomé tiernamente. Levantó las piernas y mi función era darle placer. Se la metía y sacaba y era fácil ver el engranaje. Se agarró los tobillos y pidió con su mirada lo que ninguno niega. En la orilla sentí el fuego de su cuerpo. Y cómo no verla dándome la espalda? Sus nalgas amortiguaban mis empujadas y se veía espectacular ¡¡¡qué culo bello y rico!!! Le di palmadas sin rebote. Después de un rato se acostó del todo y seguí dándole amor, verga y amor. Así también se veía candorosa; su figura no se pierde en ninguna posición, más bien resalta sus atributos. Amé que levantara sus nalgas y me empujara con ellas, lo hacía con un movimiento muy sexual acompañado de miradas ladinas llenas de morbo. Así me hizo venir un cuarto de leche que casi no cabe el en condón.
Solo me resta decir que la disfruté como una fruta, por todas partes, monte, valle, llanura, recodos y protuberantes nalgas y tetas.
Me limpié, me vestí, nos despedimos y partí satisfecho de estar con esa diosa cuerpo perfecto.
3242815506 - Alejandra flaca bonita blanquita teticas ricas ven barrio paraíso (24092814) - Mileróticos
mi vida como estas soy alejandra estoy disponible en el barrio paraiso en inframundo en la carrera 76 calle 80 102 me dejo acariciar besar tocar ofrez(24092814)
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