un deseo indebido - parte 3

Putero_bastian

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ABR 2021
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Bogotá
Los días siguientes al ultimo relato fueron sencillamente espectaculares. Michelle estaba completamente establecida. Estaba juiciosa. Cada vez mas caliente. Yo estaba totalmente feliz. Pero todo tiene su lunar. Y el lunar de tener a Michelle viviendo conmigo era su mamá, Johanna. 

Durante mi matrimonio fallido, Johanna había actuado como la cuñada que todo novio detesta tener. Metida, chismosa y cizañera como ella sola. Estaba convencida que tenia derecho a opinar sobre la relacion, el problema incluso había llegado al extremo de haberla echado de la casa en un momento. Además era imposible pensar en alguien mas incompatible que nosotros dos. Cualquier tema que saliera estábamos en extremos opuestos. Asi que siempre había existido un rechazo mutuo, y apenas nos dábamos un tosco saludo y ya.

Sin embargo la situación ahora era distinta. Su "prepago (+18)" vivía conmigo, así que era de esperar un contacto constante con ella. Al comienzo eran llamadas diarias, pero había comenzado a relajarse. A comienzos de julio, sin embargo, llegó la petición que me temía. Johana quería visitar a su hija. y me pedía quedarse en mi apartamento. De nuevo, teniendo en cuenta la situación, acepté... y me llené de paciencia. La idea era sorprender a Michelle. El sábado siguiente Johanna madrugaría. Ese día fue incomodo. Michelle tenia libre el día y su intención era quedarse en cama y tener mucho sexo. Yo tentado por su cuerpo, su aroma, su actitud provocativa, Me invente algo que hacer en el trabajo. Me fui a la ducha y allá llegó Michelle. ¿Qué te pasa? preguntó mientras acariciaba mi pene. La puse en 4 en la pared, y la penetre con fuerza. Ella se sacudía delicioso con movimientos circulares. Yo jugaba con el ritmo para durar lo que mas pudiera. Al terminar saque el pene y ella me masturbo recibiendo el semen en su pecho. Mientras eso pasaba Johanna timbró. Corre y te vistes, le dije. ¿Acaso quien llegó?, preguntó. Sólo hazlo, le dije, me aliste y baje por Johanna. Era una situación de mucho morbo. Aun sensible por haber penetrado a Michelle estaba recibiendo a su mama. Jamás pensé vivir eso.

Johanna era físicamente una mujer insípida. Se arreglaba poco, su trasero era plano y se vestía descuidada. No inspiraba nada. La saludo normal y la lleve al apartamento. Michelle la vio, su cara estaba entre asombro y desagrado, reaccionó, tras uno o dos segundos, y la abrazó. Tras descansar un poco, Johanna se bañó (donde apenas momentos antes había estado con Michelle) y se fueron las dos, hasta la noche.

Al día siguiente me levante temprano con hambre. Tenia una fuerte erección pero medio dormido fui a la cocina a buscar que comer. No me había fijado, pero Johanna estaba en la sala, comiendo algo. ¿No puedes dormir?, preguntó. Yo la miré intentando disimular mi erección. Solo tengo hambre, le respondí. Johanna se levanto y me ofreció algo que había preparado. Déjame lo caliento, dijo. Por primera vez miré a Johanna con con morbo. Tenia una blusa corta ajustada al cuerpo. Sus senos, que eran grandes, se marcaban redonditos y firmes. No llevaba sostén, pues unos pezones paraditos se marcaban en su blusa. Se notaba además que Johanna tenia un cuerpo con interesantes curvas. Tenia también un pequeño short. Aunque su trasero era pequeño, se notaba bastante bien, y lo mas interesante, para mi, era unas piernas firmes, que provocaban caricias. 

En ese momento yo estaba "encerrado" por Johanna en la cocina. La única manera de salir era pasando justo detrás de ella. Por supuesto siempre estaba la opción de esperar, pero el morbo me ganó y decidí pasar detrás de ella. Al hacerlo, tome sus caderas con mis manos, "corra payasito", dije a modo de broma, y la corrí suavemente, buscando el mayor roce de su cuerpo con mi pene, que seguía duro. Al rozarla, percibí un movimiento de su cadera hacia atrás, buscando el roce. Apreté sus caderas contra mi y ella sonrió pícaramente. Fue un momento de 2 o 3 segundos, cuando un ¿mama? me hizo soltarla bruscamente y seguir mi camino. Michelle se había levantado. Me miró con rabia, sin duda algo había visto. Pero ese caliente momento ya había cambado la manera en la que veía a Johanna, y seguramente para ella hacia mi también.

Ese día Michelle me demostró su molestia cada vez que pudo, y Johanna me daba algunas miradas con coquetería. El día pasó en tensa calma, pero Michelle siempre evitó quedar a solas conmigo para hablar. Al día siguiente, salimos a trabajar normal. Michelle siempre salía conmigo, yo la dejaba en su lugar de trabajo y seguía al mío. Pero ese día ella salió del edificio, paso la calle afanadamente, y tomó un taxi. No dejó espacio para nada. En la noche de nuevo igual. Michelle mirándome mal, Johanna coqueta. Al día siguiente, que era martes, yo estaba decidido a hablar con Michelle. Madrugué mas, me aliste y la espere. Ese día yo tenia carro, así que cuando bajamos del ascensor le hablé seriamente: necesitamos aclarar las cosas ya. Ella accedió tras insistir. Fuimos a una cafetería. Con rabia, me dijo que si ella no hubiese llegado a la cocina que podría haber pasado. Yo le intentaba explicar que lo que habia visto era solo una casualidad.  Después empezó a llorar. Era lo que me temía con la llegada de mi mama, me decía. ¿Por que?, le pregunté con insistencia. Resultaba que Johanna había sentido una atracción por mi desde que me había divorciado de su hermana. Pero por nuestra repulsión mutua había resultado imposible acercarse... "Conozco a mi mama", me dijo. "Yo salí a ella, si nos fijamos en alguien, tenemos que tenerlo".

Ver a Michelle atacada llorando me conmovió. Sentí remordimiento por haber dejado crecer sus sentimientos hacia mi. Entonces tuve una idea. "Te voy a demostrar cuanto me encantas. Repórtate enferma" Subimos al carro y nos fuimos a un pueblo cercano a Bogotá. Conocía una finca campestre, con piscina. Reserve un día. Michelle estaba feliz. Me pidió dinero para comprar "una sorpresa". Después me pidió esperarla en la piscina. Había comprado un delicioso y pequeño bikini negro. Entró a la piscina y me besó con pasión mientras tomaba mi pene en sus manos. Después me dio la espalda. Corrí su hilo y la penetre bajo el agua. Ella mordía sus labios. Estaba muy húmeda. Fue tan excitante que acabé rápidamente. Casi no alcance a sacar el pene. Ella me hablo al oído. Sube en 5 minutos. Tengo otra sorpresa. Asi lo hice y al entrar estaba Michelle acostada en la cama. Ropa interior de encaje, negra. Todo un espectaculo. Me bote a besarle en cuerpo, baje y con la lengua la puse a temblar de placer. Ella cada vez mas humeda, gemía muy fuerte. "Quiero tu semen, ya" me dijo. Sin pensarlo la penetre en misionero. Duro, Salvaje. "Dame tu semen" me decia. Después ella encima mio. Se veía espectacular. Yo pegado chupando sus senos. "dame tu semen" repetia. Cuando sentia que estaba cerca a terminar, bajaba el ritmo, "aun no, quiero mas" decía. Acabamos juntos en un orgasmo intenso. Estaba encantada. "Quiero que me des semen siempre". Uff, delicioso.

Después estuvimos un buen rato en la piscina, almorzamos, en la tarde mas sexo. Nos devolvimos muy tarde. Agotados. La deje en la casa y después fui yo. "Esta mujer me fascina" pensé. Me voy a dar la oportunidad con ella. Al otro día salimos juntos temprano, pero un detalle seria el principio del fin de todo. Al dejarla en la casa me dijo que tenia otra sorpresa, que la recogiera e íbamos a algún sitio solos. ¿Qué otra sorpresa podría ser? estaba intrigado. Durante la mañana Michelle me mando mensajes recordándome lo que habíamos vivido el dia anterior. Yo muerto de ganas. A media mañana hubo un problema electrico en la empresa. No podíamos seguir trabajando. Pero necesitaba finalizar los pendientes del día anterior como fuera. Fui para el apartamento.

Cuando entre encontré una escena entre sensual y graciosa. Johanna se dirigía a la sala con un plato con su almuerzo. Solo tenia puesto un short. Me vio y boto el plato al suelo mientras cubría sus senos con su manos. "que pena sebas" me dijo. "No te preocupes" respondo, cerré la puerta y fui a ayudarla. Johanna estaba tan apenada que no sabia que hacer. A veces dejaba expuestos sus senos, se daba cuenta y se tapaba y casi se caia. Insisti en que se fuera a vestir y no quizo. Yo intentaba disimular pero me daba risa, lo cual la molestó.

Cuando acabó de recoger ambos estabamos agachados. Puso sus manos en el suelo dejando libres sus senos. "Que pena contigo" repitió, y se levanto. En ese momento actué sin razonar. La tome del brazo, "espera" le dije, ella volvio a quedar agachada en el suelo frente a mi. La bese apasionadamente, ella se sorprendió pero luego respondió muy positivamente. Me tomo del rostro y jugo con su lengua muy rico mientras buscaba tumbarme en el suelo. Me empezó a desnudar y besar delicioso. Llegó a mi pene y lo acariciaba un poco bruzco, pero muy placentero. Intente llevarla a besar mi pene pero no parecía interesarle. En cambio se subió con fuerza sobre mi. Me pidió el condón, lo puso suavemente y comenzó a provocarme con movimientos suaves sin meterlo aun. De entrada supe que con Johanna sería muy diferente a lo vivido con Michelle o incluso con mi ex mujer. Ellas eran mujeres de carácter tan fuerte que incluso eran intimidantes, pero en la cama adoraban sentir un macho dominante dándoles placer. Johanna era pasiva en su vida diaria. Pero en la cama le gustaba llevar el control.

Cuando la penetré estaba apenas mojada, pero lubricó rápidamente. Johanna se movía algo torpe, pero su vagina era estrecha, ejercía presión muy rico en el pene. Con un poco de ayuda Johanna era un polvo que aguantaba. Además, gozaba tanto que jadeaba, sudaba y gemía sensualmente. Era un sexo muy húmedo, apasionado, lleno de deseo. Poco a poco los movimientos mejoraron y fue una experiencia deliciosa, Terminamos y Johanna se fue a bañar. "Será nuestro secreto", me dijo antes de irse.

Después trabajé un rato, mientras Johanna veia TV. Depronto entro al cuarto y empezo a lamberme el cuello mientras acariciaba mi pene. Quito el computador de mis piernas, "quitate el pantalón", y se sentó sobre mi dándome la espalda. Mientras se movía colocaba mis manos en sus senos. Luego se volteo y me puso a chupar sus senos mientras saltaba sobre mi pene. Otro delicioso polvo. Mientras terminábamos mi celular vibraba. Era Michelle que ya estaba por salir... 

"Estaba saliendo" le dije como excusa. Saqué otra excusa para Johanna y fui por Michelle a su trabajo. Al subirse al carro me mostro su calentura. Me beso con pasion mientras mandaba su mano a mi pene. Aunque estaba agotado Michelle era irresistible. Logro su cometido, y fuimos a un motel. Sexo normal, ella lo noto. ¿Que te pasa?, pregunto. Nada, han sido días duros en el trabajo, le respondí. Fuimos a cenar y como siempre, deje a Michelle en el apto e hice tiempo.

Al otro dia Johanna ya se devolvia. Aparentemente todo habia pasado y volviamos a la normalidad... sin imaginar que pasaria despues
 

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