Putero_bastian
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Los días posteriores a la revelación de lo que sucedía entre Johanna, Michelle y yo pasaron por una gran tensión.
Por un lado, Johanna, mi ex mujer y mi ex suegra se dedicaron no solo a insultarme y cuestionarme por lo que había pasado con Michelle. Sino que afectaron mi reputación contándole su versión de la historia a varios conocidos. Como es normal, algunas personas se quedaron con esa versión y con eso perdi algunos negocios. Por otro lado, Michelle demostró su carácter con una actitud indiferente y fría. Verla y no poder tomarla y hacerla mía era una tortura. Afortunadamente iniciando la segunda semana de agosto Michelle encontró a donde irse y así descanse.
Los días pasaron y mi refugio fuer Isabel, mi mejor amiga. Isabel era la amiga que todo hombre ama y toda mujer odia. Una mujer tan relajada y abierta que se le podía contar cualquier cosa y recibir una opinion completamente franca. Mi ex mujer, aunque nunca había sido especialmente celosa, siempre le había guardado cierto recelo a Isabel. Curiosamente nunca había pasado nada entre Isabel y yo hasta que la crisis matrimonial ya era tan grande que estábamos en proceso de divorcio. Un día mi ex mujer me reclamaba por supuestamente haberme acostado con Isabel. Al otro día, bebiendo con Isabel, se lo contaba. "vamos a darle motivos" me decía mientras se reía. Yo creía que estaba jugando, pero comenzó a acariciarme por debajo de la mesa. Después besos y nos fuimos a su apartamento. Isabel era una mujer rellenita pero su cuerpo era atractivo. Era una mujer muy atractiva, de buen nivel socioeconómico por lo que vestía elegantemente. En la cama era ardiente, le gustaba de todo. La mataba recibir sexo oral. Cada vez que estábamos guiaba mi cabeza hacia su sexo. Le gustaba duro, profundo. Mojaba en grandes cantidades.
Isabel no se interesaba en ninguna relacion, ningún compromiso. Teníamos sexo por días seguidos y luego nos separábamos otros tantos. Aunque yo frecuentaba prepagos, el sexo con Isabel era una delicia y siempre regresaba. Pero al enterarse de lo que estaba pasando con Michelle, Isabel se había molestado por regresar con esa familia y había decidido alejarse.
Cuando la llame a contarle se rio, me dijo que de eso no podía salir nada bien, y me invitó unos tragos. Isabel tenia un jean ajustado y una blusa. Nos sentamos, hablamos bastante y
Por un lado, Johanna, mi ex mujer y mi ex suegra se dedicaron no solo a insultarme y cuestionarme por lo que había pasado con Michelle. Sino que afectaron mi reputación contándole su versión de la historia a varios conocidos. Como es normal, algunas personas se quedaron con esa versión y con eso perdi algunos negocios. Por otro lado, Michelle demostró su carácter con una actitud indiferente y fría. Verla y no poder tomarla y hacerla mía era una tortura. Afortunadamente iniciando la segunda semana de agosto Michelle encontró a donde irse y así descanse.
Los días pasaron y mi refugio fuer Isabel, mi mejor amiga. Isabel era la amiga que todo hombre ama y toda mujer odia. Una mujer tan relajada y abierta que se le podía contar cualquier cosa y recibir una opinion completamente franca. Mi ex mujer, aunque nunca había sido especialmente celosa, siempre le había guardado cierto recelo a Isabel. Curiosamente nunca había pasado nada entre Isabel y yo hasta que la crisis matrimonial ya era tan grande que estábamos en proceso de divorcio. Un día mi ex mujer me reclamaba por supuestamente haberme acostado con Isabel. Al otro día, bebiendo con Isabel, se lo contaba. "vamos a darle motivos" me decía mientras se reía. Yo creía que estaba jugando, pero comenzó a acariciarme por debajo de la mesa. Después besos y nos fuimos a su apartamento. Isabel era una mujer rellenita pero su cuerpo era atractivo. Era una mujer muy atractiva, de buen nivel socioeconómico por lo que vestía elegantemente. En la cama era ardiente, le gustaba de todo. La mataba recibir sexo oral. Cada vez que estábamos guiaba mi cabeza hacia su sexo. Le gustaba duro, profundo. Mojaba en grandes cantidades.
Isabel no se interesaba en ninguna relacion, ningún compromiso. Teníamos sexo por días seguidos y luego nos separábamos otros tantos. Aunque yo frecuentaba prepagos, el sexo con Isabel era una delicia y siempre regresaba. Pero al enterarse de lo que estaba pasando con Michelle, Isabel se había molestado por regresar con esa familia y había decidido alejarse.
Cuando la llame a contarle se rio, me dijo que de eso no podía salir nada bien, y me invitó unos tragos. Isabel tenia un jean ajustado y una blusa. Nos sentamos, hablamos bastante y