JovenCaballero
REGISTRADO
Perdón por no usar la plantilla, esta experiencia no aplica, espero no se molesten.
Una noche pasé por San Nicolas en Comfandi, centro de Cali y una mujer muy linda cautivó mi atención, nunca imaginé tanta adrenalina en una misma noche. El relato es largo, pero vale la pena el final.
Todo inició hace unos días cuando dejé a un amigo en el centro, cerca a unas piscinas. De regreso vi a varias mujeres, unas mejores que otras.
Yo tenía tiempo y dinero, estaba en el carro y decidí volver a pasar porque había una joven, de falta corta, piernas apetitosas, senos generosos, rostro tierno y sensual que llamó mi atención.
Al pasar nuevo, ella estaba en el parador de bus junto a otras damiselas, paré el carro, bajé el vidrio polarizado para que me viera y los dos hicimos contacto visual. Ella se acercó, me dijo hola amor ¿Cómo estás? Yo correspondí al saludo con cariño, le pregunté por el costo de sus servicios y me dijo que 60 el rato, ella me vio cara de nuevo, por lo que le dije que no quería un rato, más bien buscaba una pajita con oral ahí en el carro, ella me sonrió de manera pícara y me dijo que bueno, pero que 50, yo le dije que no nos íbamos a demorar, que eso dependía de su habilidad con las manos, por lo que llegamos a un precio justo para las dos partes.
Ella se subió al carro, corrió el asiento, me indicó donde parquear y seguí su instrucción. Detuve el vehículo, corrí también mi asiento. Los vidrios polarizados evitaban que cualquier persona nos pudiera ver y eso hacía más excitante el momento.
Ella, con una voz muy sensual me dijo: vamos amor, ponte cómodo. Yo estaba muy excitado y con la verga dura. Me bajé los pantalones mientras ella me veía con ojos llenos de morbosidad. Puso sus manos en mi miembro y comenzó a darme un masaje de la cabeza a los testículos.
Lo hacía bien, agarrando fuerte, explorando en que parte encontraba más placer para mí. Le pregunté si tenía lubricante y me dijo que no, pero tenía un jabón íntimo, era un líquido con un leve toque a menta o algo así. Lo sacó, lo esparció con cuidado e hizo una generosa aplicación en la parte superior, justo ahí donde los pliegues dan sensibilidad y placer. El jabón era frío, sus manos calientes y su boca apetitosa, sus labios insinuaban que querían darme una mamada, entonces le dije: deberías darme unos besitos. Ella sonrió y me dijo, con un tono muy pornográfico: claro mi amor, pero no se me vaya a venir tan rápido, disfrute un poquito más y me guiñó el ojo. Eso me puso más arrecho.
Ella se arrodillo en el asiento del copiloto, alguna experiencia debía tener porque quedó demasiado cómoda. Luego sacó el condón, me lo puso con técnica de puta francesa y empezó a mamar. Mis manos inquietas se metieron por su blusa, encontrando unos pesones de generoso botón. Como ella estaba arrodillada, mis manos alcanzaron sus cuquitos, toqué por encima, como adolescente pidiendo permiso, corrí la tanga y encontré una bella y depilada chochita, la toqué, la sobé y comencé a pedir pista para undir mis dedos, pero ella dijo; no amor, aquí no.
Ella notó mi frustración y en compensación comenzó a mamar como desquiciada, me sujetó con sus manos y empezó a realizar una serie de movimientos tan deliciosos que algo dentro de mí se sentía venir. Vi por la ventana y una pareja pasó muy cerca al la ventana, eso generó en mí una adrenalina única.
¿Te gusta amor? Dijo ella mientras de nuevo rosaba sus labios por el maldito condon. Sigue hablando muñeca, le dije con la respiración entre cortada. Ella tomó aire y empezó a decir: así amor, vamos amor, dame tu lechita, esta puta quiere tu lechita, jueputa qué rica verga tienes, vamos amor, quiero tu leche.
Yo me acomodé, sentí que pronto me vendría y ella lo presintió, me agarró fuerte, salvaje, con furia mientras gritaba: vamos, vamos, vamos y luego, en el momento de máximo placer ella dijo: jueputa, la policía. Miro a mi costado y hay un tombo pegado al vidrio, toca la ventana y me dice: baje el vidrio, policía nacional.
Yo me subo los pantalones, acomoda todo en un segundo y la chica que antes lo mamaba ya no está. Bajo el vidrio y un policía, con tapabocas negro me dice: si sabe que es delito tener sexo en vía pública. Yo muy inocente le digo: pero si yo no estaba haciendo nada. El me dice: yo lo vi, pa qué me niega, pérmitame la cédula que le voy a hacer un comparendo por lo que acaba de hacer. Yo insistí: pero no estaba haciendo nada. Él, algo serio me dijo: no siga con eso que le va peor. Ahí me asusté, no quería boletiada ni nada parecido.
Le pasé los documentos, el tipo se alejó, se fue con el otro policía, yo aún con la adrenalina en la cabeza mire mi verga y seguía erecta, sonreí, luego entré en pánico.
El policía se acercó y me dijo, le voy a poner un comparendo por infringir la ley yo no se qué de no se qué. Yo, con un tono más amigable le dije: venga señor, para serle honesto, la muchacha y yo estábamos charlando y las cosas se dieron, fue la calentura, colaboreme, yo no soy mala persona, sólo me dio la arrechera..
Vea, me dijo el tombo, este sector es peligroso, aquí hasta le pueden robar el carro, no haga eso aquí, luego añadió: deme ahí cualquier cosa y váyase. Saqué de la billetera 50mil y se los pasé con mucho disimulo. Fue una noche de mucha adrenalina.
Disculpen ustedes no dar el nombre o los datos de la joven, pero sí les puedo decir que tengan cuidado por ese sector y que si van a tener sexo en un carro, es mejor hacerlo en un lugar concurrido, donde haya otros vehículos estacionados, lo sé porque ya lo viví, pero esa es historia para otra ocasión.
Fin.
JC
Una noche pasé por San Nicolas en Comfandi, centro de Cali y una mujer muy linda cautivó mi atención, nunca imaginé tanta adrenalina en una misma noche. El relato es largo, pero vale la pena el final.
Todo inició hace unos días cuando dejé a un amigo en el centro, cerca a unas piscinas. De regreso vi a varias mujeres, unas mejores que otras.
Yo tenía tiempo y dinero, estaba en el carro y decidí volver a pasar porque había una joven, de falta corta, piernas apetitosas, senos generosos, rostro tierno y sensual que llamó mi atención.
Al pasar nuevo, ella estaba en el parador de bus junto a otras damiselas, paré el carro, bajé el vidrio polarizado para que me viera y los dos hicimos contacto visual. Ella se acercó, me dijo hola amor ¿Cómo estás? Yo correspondí al saludo con cariño, le pregunté por el costo de sus servicios y me dijo que 60 el rato, ella me vio cara de nuevo, por lo que le dije que no quería un rato, más bien buscaba una pajita con oral ahí en el carro, ella me sonrió de manera pícara y me dijo que bueno, pero que 50, yo le dije que no nos íbamos a demorar, que eso dependía de su habilidad con las manos, por lo que llegamos a un precio justo para las dos partes.
Ella se subió al carro, corrió el asiento, me indicó donde parquear y seguí su instrucción. Detuve el vehículo, corrí también mi asiento. Los vidrios polarizados evitaban que cualquier persona nos pudiera ver y eso hacía más excitante el momento.
Ella, con una voz muy sensual me dijo: vamos amor, ponte cómodo. Yo estaba muy excitado y con la verga dura. Me bajé los pantalones mientras ella me veía con ojos llenos de morbosidad. Puso sus manos en mi miembro y comenzó a darme un masaje de la cabeza a los testículos.
Lo hacía bien, agarrando fuerte, explorando en que parte encontraba más placer para mí. Le pregunté si tenía lubricante y me dijo que no, pero tenía un jabón íntimo, era un líquido con un leve toque a menta o algo así. Lo sacó, lo esparció con cuidado e hizo una generosa aplicación en la parte superior, justo ahí donde los pliegues dan sensibilidad y placer. El jabón era frío, sus manos calientes y su boca apetitosa, sus labios insinuaban que querían darme una mamada, entonces le dije: deberías darme unos besitos. Ella sonrió y me dijo, con un tono muy pornográfico: claro mi amor, pero no se me vaya a venir tan rápido, disfrute un poquito más y me guiñó el ojo. Eso me puso más arrecho.
Ella se arrodillo en el asiento del copiloto, alguna experiencia debía tener porque quedó demasiado cómoda. Luego sacó el condón, me lo puso con técnica de puta francesa y empezó a mamar. Mis manos inquietas se metieron por su blusa, encontrando unos pesones de generoso botón. Como ella estaba arrodillada, mis manos alcanzaron sus cuquitos, toqué por encima, como adolescente pidiendo permiso, corrí la tanga y encontré una bella y depilada chochita, la toqué, la sobé y comencé a pedir pista para undir mis dedos, pero ella dijo; no amor, aquí no.
Ella notó mi frustración y en compensación comenzó a mamar como desquiciada, me sujetó con sus manos y empezó a realizar una serie de movimientos tan deliciosos que algo dentro de mí se sentía venir. Vi por la ventana y una pareja pasó muy cerca al la ventana, eso generó en mí una adrenalina única.
¿Te gusta amor? Dijo ella mientras de nuevo rosaba sus labios por el maldito condon. Sigue hablando muñeca, le dije con la respiración entre cortada. Ella tomó aire y empezó a decir: así amor, vamos amor, dame tu lechita, esta puta quiere tu lechita, jueputa qué rica verga tienes, vamos amor, quiero tu leche.
Yo me acomodé, sentí que pronto me vendría y ella lo presintió, me agarró fuerte, salvaje, con furia mientras gritaba: vamos, vamos, vamos y luego, en el momento de máximo placer ella dijo: jueputa, la policía. Miro a mi costado y hay un tombo pegado al vidrio, toca la ventana y me dice: baje el vidrio, policía nacional.
Yo me subo los pantalones, acomoda todo en un segundo y la chica que antes lo mamaba ya no está. Bajo el vidrio y un policía, con tapabocas negro me dice: si sabe que es delito tener sexo en vía pública. Yo muy inocente le digo: pero si yo no estaba haciendo nada. El me dice: yo lo vi, pa qué me niega, pérmitame la cédula que le voy a hacer un comparendo por lo que acaba de hacer. Yo insistí: pero no estaba haciendo nada. Él, algo serio me dijo: no siga con eso que le va peor. Ahí me asusté, no quería boletiada ni nada parecido.
Le pasé los documentos, el tipo se alejó, se fue con el otro policía, yo aún con la adrenalina en la cabeza mire mi verga y seguía erecta, sonreí, luego entré en pánico.
El policía se acercó y me dijo, le voy a poner un comparendo por infringir la ley yo no se qué de no se qué. Yo, con un tono más amigable le dije: venga señor, para serle honesto, la muchacha y yo estábamos charlando y las cosas se dieron, fue la calentura, colaboreme, yo no soy mala persona, sólo me dio la arrechera..
Vea, me dijo el tombo, este sector es peligroso, aquí hasta le pueden robar el carro, no haga eso aquí, luego añadió: deme ahí cualquier cosa y váyase. Saqué de la billetera 50mil y se los pasé con mucho disimulo. Fue una noche de mucha adrenalina.
Disculpen ustedes no dar el nombre o los datos de la joven, pero sí les puedo decir que tengan cuidado por ese sector y que si van a tener sexo en un carro, es mejor hacerlo en un lugar concurrido, donde haya otros vehículos estacionados, lo sé porque ya lo viví, pero esa es historia para otra ocasión.
Fin.
JC
