[font=Arial,Helvetica,sans-serif]Hay algo en ese sitio que me atrae. El tema de los vecinos "voyerosos" en vez de molestarme me excita por la adrenalina que despierta. Sé que en un tiempo esos vecinos le hicieron la guerra al lugar que ni se podía parquear afuera pero eso ya se superó.
(traqueo dedos)
Pararse frente a ese vitral negro que es su único acceso es como cruzar un umbral a otra dimensión. Su lobby oscuro pero brillante refresca la vista. Esa administradora, muy bonita para muchos, te hace sentir en confianza enseguida con su simpatía.
En un instante empieza la pasarela de chicas en bikini y tu libido se eleva mientras degustas, quizás, una cerveza o simplemente agua del refrigerador en la esquina de la recepción. La media luz, en competencia con las luces direccionadas, te permiten ver bien los atributos de las chicas así que no tendrás sorpresas en la habitación.
La entrada con la cortesana escogida por el pasillo se torna lúgubre pero agradable por sus luz roja especializada que le da un toque nubloso el cual le quita cualquier aire de bar de mala muerte como los del centro que son callejones de paredes feas y foco rojo parpadeante por mala conexión.
Fué con Vanessa, la chica alta y delgada pero de cuerpo curvilíneo, con la que entré a la alcoba. Me bañé mientras ella se quitaba la minifalda roja y arreglaba sus artilugios.
-No tardes cariño". Sentí familiaridad en vez de acoso o apuro. ¿Acaso me conocía?
No es del todo pulido su acabado pero las paredes están bien de estuco. Decoradas con un cuadro grande erótico. El piso de baldosas, ajedrezado, le da u toque clásico; alude películas como El Padrino, Lo que el viento se llevó, Los puentes de Madison. Si pones música de Frank Sinatra, es todo un viaje al pasado. El ambiente es propicio para el sexo apasionado. Si prefieres, solo dejas la luz del baño encendida para que el halo de luz restante invada el lecho nupcial y la figura de tu amada. Para mí, eso es pasional...
Vanessa, linda cara, belleza pueblerina... como la de la Elementa. Cautivadora, ojos chispeantes. Novata y complaciente. Su mirada, en la penumbra iluminada hacía mis ojos, me narraban su dolor. Sus ademanes de prepago (+18) despertaban en mí ternura y a la vez lujuria. Piel tersa cubren sus piernas y nalgas insulares. Trasero hermoso en posición encabritada. Recuerdo de la habitación, ese cuadro de una mujer en pose de voltereta hacía atrás como arcoíris y pierna levantada. Justo hay una chica ahí que imita bien ese cuadro.
Lugar limpio y confiable. Vaya sin miedo a policías platilleros.[/font]