- Teléfono Celular
- 3052166147
Cierta tarde cuando apenas se contaban unos días del mes de noviembre. Me hallaba asistiendo a un trueque de libros cerca a la aduana -al tiempo que me ganaba mi sustento vendiendo otros-, cuando de un momento a otro, la aparición en el evento de cierta musa atractiva atrajo completamente mi atención. Una flaca esbelta con piernas tan marcadas que era incuestionable su progreso en el GYM.
Estando en tal situación fue inevitable no sentirse con necesidad -siempre he pensado que Satanás manda estas pruebas para que uno caiga en la inexorable tentación- de hacer una visita a mi lugar favorito últimamente: El spa de Lorena.
Algunos se preguntarán, pero Chacal, si estaba mas cerca de La crespa, por qué ir hasta donde Lorena?
Les respondo pequeños saltamontes, mi idea en el sexo es variar. Si, acepto que rememorar es vivir. Pero, entre mas mujeres nuevas pueda degustar, mayor el deleite.
Ahora quería flaca blanca piernona. En lugar de Crespa trigueña caderona.
Llegado al spa, me abre la puerta Mía con su característico outfit de universitaria de intercambio en la norte; paso a sentarme a la sala, me reposo de la breve caminata que realicé y, finalmente mis ojos dan en su objetivo: Karla.
Sin perder tiempo, le pido a Canela para pagarle el servicio a tomar a través de nequi y le digo la elegida; me invitan a pasar a la habitación donde se llevaría a cabo la faena y espero mientras Karla atiende los últimos preparativos.
Una vez ingresa a la habitación no perdió tiempo y se quitó toda ropa que cubriera su desnudez. Quedando a mi merced un cuerpo esbelto(no al grado de trabajo en el GYM. Pero si cuidado en su alimentación o bendecido genéticamente)
Se acuesta a mi lado, y me pregunta si deseo tomar un masaje.
Yo aún seguía contemplando aquél bello cuerpo. Sus senos medianos, apetecibles y sensuales. Parecían estar mirándome al tiempo que yo los contemplaba.
Entonces le dije: acuestate a mi lado. Arrunchemonos. Conversemos.
Ella extrañada, pero sin perder el tiempo me complace. Y ya estando entrelazados, piel con piel, palpitos al ritmo y viendonos a los ojos. Le empiezo a preguntar sobre ella; no obstante, si para Edipo la Esfinge fue todo un misterio irresoluble en un comienzo. Para mí, Karla no se apartaba mucho de poseer una enigmática aura cargada de un sensual erotismo.
Continuamos así otros minutos mas hasta que sin pedírselo ella comenzó a estimularme oralmente una vez colocado el condón en un santiamén-tal vez aprovechando como me hallaba absorto viéndola-; ahora en tal situación no dejaba de admirarla. Me sentía como un experto en arte evaluando un lienzo hasta su último resquicio. Procurando no dejar escapar un solo detalle de la obra de arte frente suyo.
Al fin llegaría el libido, que distrayendo mi atención me tomó de las manos para embarcarme en las aguas del deseo donde estaba a punto de emprender una travesía.
Rápidamente le pido tomar la posición del sesenta y nueve. Ella me complace de inmediato una vez mas.
Y entonces, contemplo la flor mas exquisita, dosil y bella que se abría, pétalo por pétalo entre las yemas de mis dedos, que procurando apenas tocarlas, para evitar lastimar tan espléndida obra de la naturaleza.
Mis labios fueron atraídos como el alimento llama al hambriento o la bebida al sediento. Mi lengua, con un cuidado quirúrgico inició su empresa oral que se prolongaría cerca de mas de un cuarto del tiempo solicitado.
Estando en dicha posición, mientras proseguía degustando de sus jugos, comienzo a embestirla con un movimiento bajo de mi entrepierna. Penetrando así su boca, mientras ella mantenía su movimiento ascendente y descendente.
A continuación estando a un costado suyo, mientras levantaba una de sus piernas. La embisto como embriagado de deseos de hacerla mía. Mis caderas no cesaban en sus rítmicas embestidas, mis testículos a su vez, como matracas entrechocaban. Todo esto formando un sonido característico y reconocible en el lecho de los amantes.
Yo mantenía mi ritmo mientras ella imbatible en su voto de silencio, apenas si se sentían sus leves gemidos ahogados. Ocultos por el pudor.
Había sido una semana extensa. Cuando el desempleo hace de la mayor parte de tu tiempo libre en reflexionar sobre tu infortunio frente a la fortuna de aquéllos a tu alrededor. Sumado al estrés, ansiedad y monotonia. Es inevitable no tener un agotamiento mental.
Las últimas embestidas las sentí tan portentosas de mi parte. Que incluso ella llegó a estremecerse unos instantes(¿orgasmo mutuo? No pregunté, jamás lo sabré)
Los quince o veinte minutos restantes nos quedamos conversando. Ahora se soltaba mas en la plática de distintos temas que le preguntaba.
Concluido el servicio, nos despedimos, no sin antes yo pedirle un vaso de agua para recobrar fuerzas. Ella muy amable me concedió el favor. Bebí el agua y partí.
Posdata: El lugar ya es mas que popular en el foro, la calidad del servicio está mas que corroborada, y no solo por mi.
Teléfono: 3052166147
Estando en tal situación fue inevitable no sentirse con necesidad -siempre he pensado que Satanás manda estas pruebas para que uno caiga en la inexorable tentación- de hacer una visita a mi lugar favorito últimamente: El spa de Lorena.
Algunos se preguntarán, pero Chacal, si estaba mas cerca de La crespa, por qué ir hasta donde Lorena?
Les respondo pequeños saltamontes, mi idea en el sexo es variar. Si, acepto que rememorar es vivir. Pero, entre mas mujeres nuevas pueda degustar, mayor el deleite.
Ahora quería flaca blanca piernona. En lugar de Crespa trigueña caderona.
Llegado al spa, me abre la puerta Mía con su característico outfit de universitaria de intercambio en la norte; paso a sentarme a la sala, me reposo de la breve caminata que realicé y, finalmente mis ojos dan en su objetivo: Karla.
Sin perder tiempo, le pido a Canela para pagarle el servicio a tomar a través de nequi y le digo la elegida; me invitan a pasar a la habitación donde se llevaría a cabo la faena y espero mientras Karla atiende los últimos preparativos.
Una vez ingresa a la habitación no perdió tiempo y se quitó toda ropa que cubriera su desnudez. Quedando a mi merced un cuerpo esbelto(no al grado de trabajo en el GYM. Pero si cuidado en su alimentación o bendecido genéticamente)
Se acuesta a mi lado, y me pregunta si deseo tomar un masaje.
Yo aún seguía contemplando aquél bello cuerpo. Sus senos medianos, apetecibles y sensuales. Parecían estar mirándome al tiempo que yo los contemplaba.
Entonces le dije: acuestate a mi lado. Arrunchemonos. Conversemos.
Ella extrañada, pero sin perder el tiempo me complace. Y ya estando entrelazados, piel con piel, palpitos al ritmo y viendonos a los ojos. Le empiezo a preguntar sobre ella; no obstante, si para Edipo la Esfinge fue todo un misterio irresoluble en un comienzo. Para mí, Karla no se apartaba mucho de poseer una enigmática aura cargada de un sensual erotismo.
Continuamos así otros minutos mas hasta que sin pedírselo ella comenzó a estimularme oralmente una vez colocado el condón en un santiamén-tal vez aprovechando como me hallaba absorto viéndola-; ahora en tal situación no dejaba de admirarla. Me sentía como un experto en arte evaluando un lienzo hasta su último resquicio. Procurando no dejar escapar un solo detalle de la obra de arte frente suyo.
Al fin llegaría el libido, que distrayendo mi atención me tomó de las manos para embarcarme en las aguas del deseo donde estaba a punto de emprender una travesía.
Rápidamente le pido tomar la posición del sesenta y nueve. Ella me complace de inmediato una vez mas.
Y entonces, contemplo la flor mas exquisita, dosil y bella que se abría, pétalo por pétalo entre las yemas de mis dedos, que procurando apenas tocarlas, para evitar lastimar tan espléndida obra de la naturaleza.
Mis labios fueron atraídos como el alimento llama al hambriento o la bebida al sediento. Mi lengua, con un cuidado quirúrgico inició su empresa oral que se prolongaría cerca de mas de un cuarto del tiempo solicitado.
Estando en dicha posición, mientras proseguía degustando de sus jugos, comienzo a embestirla con un movimiento bajo de mi entrepierna. Penetrando así su boca, mientras ella mantenía su movimiento ascendente y descendente.
A continuación estando a un costado suyo, mientras levantaba una de sus piernas. La embisto como embriagado de deseos de hacerla mía. Mis caderas no cesaban en sus rítmicas embestidas, mis testículos a su vez, como matracas entrechocaban. Todo esto formando un sonido característico y reconocible en el lecho de los amantes.
Yo mantenía mi ritmo mientras ella imbatible en su voto de silencio, apenas si se sentían sus leves gemidos ahogados. Ocultos por el pudor.
Había sido una semana extensa. Cuando el desempleo hace de la mayor parte de tu tiempo libre en reflexionar sobre tu infortunio frente a la fortuna de aquéllos a tu alrededor. Sumado al estrés, ansiedad y monotonia. Es inevitable no tener un agotamiento mental.
Las últimas embestidas las sentí tan portentosas de mi parte. Que incluso ella llegó a estremecerse unos instantes(¿orgasmo mutuo? No pregunté, jamás lo sabré)
Los quince o veinte minutos restantes nos quedamos conversando. Ahora se soltaba mas en la plática de distintos temas que le preguntaba.
Concluido el servicio, nos despedimos, no sin antes yo pedirle un vaso de agua para recobrar fuerzas. Ella muy amable me concedió el favor. Bebí el agua y partí.
Posdata: El lugar ya es mas que popular en el foro, la calidad del servicio está mas que corroborada, y no solo por mi.
Teléfono: 3052166147
