En kraby tuve buenas aventuras. Lolitas en pleno desborde hormonal. Cuerpos esbeltos, curvilíneos y caras bonitas.
Fui unas 5 veces, repetí con dos de ellas. Una perfecta para mí y la otra curiosamente no tenía el mejor cuerpo pero sí cara bonita, buenos senos y por supuesto culiaba como novia de barrio, tierna, muy fogosa y complaciente en todo, lo que me hizo repetir con ella.
Tuve que cancelar mis idas allá porque un día, por la mañana, me disponía a echarme una canita al aire mañanera y oh sorpresa, un vecino era el vigilante de turno ese día. Pasé de largo y ni lo saludé.
Muy bien sitio, y si volviera pagaría los 80mil con gusto, pues veo que el viejo Kent se siente complacido allá y le creo.