Si noble barón, cuentan los que cuentos cuentan, que la descrita en este apartado, cuando le disgusta alguna caricia, responden empuñando con fuerzas desmedidas las gemelas de sus clientes. En una última ocasión, gracias a la caridad divina que lo impidió, por poco y arranca con sus uñas las gónadas de aquel que disfrutaba de su lecho y se atrevió a tocarle un seno sin primero pedir consentimiento.