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Saludos, compañeros. Llevo un tiempo siguiendo este foro en silencio, y pues me han servido de mucho sus reseñas y comentarios a la hora de escoger a mis acompañantes de turno. El día de hoy me animo a compartir con ustedes mi primera experiencia. En octubre del año pasado, y después de haber jugado en cancha sintetica desde temprano en la mañana y nuevamente al mediodía, lo que menos imaginé es que terminaría el día echandome un polvo. Saliendo de la cancha El Tiburón, se atravieza por mi camino aquella dama de la que tanto se ha hablado en este foro ("Elementa de la Murillo"). Iba camino a la estación de Transmetro cuando se nos acerca con un saludo aquella mujer. Al verla, notamos que era una trabajadora sexual, y más por la forma en que se nos acercó, y su saludo picaro. Las dotes de esa mujer me dejaron despampanado y caliente. Al estar con un amigo, y unos conocidos suyos, preferí hacerme el de la vista gorda, pero estaba tan caliente en mi mente, que decidí regresar. Para mi mala fortuna, cuando lo hice, la chicha ya no estaba, así que procedí a regresar a mi casa. Aún con la calentura se me ocurrió buscar en Google y entré por primera vez a Mileroticos. Allí, entre otras, me encontré con otra damisela de la cual también se ha hablado aquí, sin embargo, al ser nuevo en esto, fui a la de Dios sin referencia alguna a aventurar. Se trata de Aranza, la mona. En aquel entonces atendía en Villa Carolina, que de hecho, se encuentra muy lejos de mi casa, pero la arrechera era tal que no me importó. Nuevamente tomé el Transmetro con la esperanza de hallar a aquella chica que me tenía tan prendido, pero no fue así (hasta el sol de hoy no la he vuelto a ver). Seguí mi camino hasta Villa Carolina, pero tuve que esperar un rato antes de llegar al apartamento de Aranza, puesto que me había pedido esperar unos minutos. Poco después, decidí llegar hasta allá. Al abrirme, me sentí un poco abrumado, puesto que no me esperaba que fuese tan grande, me sentí un poco intimidado. Su cara era un poquito brusca para lo que me imaginaba, y por un momento llegué a dudar si quedarme o regresar a casa, ya que aún estando allá, me tocó esperar porque la pieza estaba ocupada. Nos sentamos en la terraza, y le dije que saldría a tomarme algo mientras esperaba. Tenía la idea de irme, pero al levantarme y ver esas tetas desde arriba, pensé que tanta espera y aquel viaje no serían en vano. Luego de unos minutos, me escribió para avisarme que ya estaba lista, ella decidió darse un baño mientras la habitación estaba disponible. Una vez adentro, me sentí un poco raro, algo tensionado e inseguro, sin embargo, al quitarse su brasier y acercame ese par de tetas tan grandes y ricas, todo eso se me pasó. Acaricié y chupe un poco esos deliciosos senos antes de que ella me hiciera un oral, uno que hasta el día de hoy recuerdo como de los mejores que he recibido. A mí me lo hizo con protección y se sintió muy rico, no me imagino cómo habría sido al natural. No pasó mucho cuando decidió subirse encima mío y pegarme una cabalgada que no pude resistir por mucho tiempo antes de venirme. Sabía que no duraría mucho por lo que ya me encontraba algo cansado evidentemente por los partidos, sin embargo era tanta la arrechera que aún después de venirme resistí un poco más sus movimientos. Luego, se puso en cuarto, un espectaculo ese panorama. Alcancé a penetrarla un par de veces hasta que ya mi pene, flácido por el cansancio y por haber eyaculado le dio a entender que ya me había venido, y pues ahí terminamos. Habíamos acordado media hora por 60K, aunque a lo mucho y pude estar con ella algunos 10 o 15 minutos. Sin embargo, siento que valió cada centavo.
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